El cambio de actitud hacia las tradiciones culinarias de Noruega ha sido extraordinario. Durante los últimos años, el pueblo noruego mudo su forma de pensar y comenzó a celebrar la singularidad de su culinaria de una forma moderna y nada tradicional.
Esta revolución se caracteriza por el un aumento del uso de ingredientes locales y productos orgánicos, tanto en restaurantes como en casas familiares. Por otro lado, resalta la singularidad de las costumbres de la agricultura noruega: Corderos y cabras que pastan en los pastizales a lo largo de la costa y en las montañas, un clima frío y un medio ambiente sin contaminación dan como resultado productos de una calidad y sabor indiscutible.